La Historia y el mito de Sagres se confunden con aquel que fue, durante siglos, el punto más alejado del mundo conocido – el Cabo San Vicente. Rodeado de una aura de misterio y respeto, que el litoral, el viento y la vegetación salvaje imponen, su carga mítica se siente.
Desde el neolítico, el Cabo San Vicente se usa como lugar de culto. Ya en el siglo IV a.C., autores griegos referían ceremonias religiosas que envolvían libaciones y la prohibición de la presencia de seres humanos durante la noche, ya que era un lugar frecuentado por dioses.
Subir al promontorio, consultar a los dioses, cumplir promesas, era un ritual obligatorio de todos los marineros que se aventuraban mar adentro, poblado por terribles monstruos. Fue aquí donde el Infante D. Henrique, fundó la escuela que contribuyó al descubrimiento del mundo. Aquí comenzó la globalización del mundo.